-Por lo visto un gran número de españoles tienen exceso de peso.
-Lo que conlleva problemas de salud.
-Pero están tan ricos algunos platos...
-Comiendo de manera más sobria se ahorraría en medicinas...
-Sí, pero se consumiría menos en hostelería. gran industria de este país...
-Cierto, que la hostelería compra muchos alimentos y proporciona mucho empleo...
......
-¿Estamos ya en los comienzos de una tercera guerra mundial
-¡Pero qué agorero es usted!
-Es que yo viví la Segunda
-Comprendo... Pero esta vez no tiene por qué ser igual. Hay que ser optimista.
-Claro, claro...
-¿Me conoces?
-¡Pues claro!
Era verdad, pero la verdad a medias. Recordaba el apellido, pero no estaba seguro del nombre. No sé si él recordaba el mío. Iba acompañado de una hija,
-Tengo cáncer-me ha dicho sonriendo. Ha sonreído todo todo el tiempo.
Me fijé en él un día, en un restaurante de la vecindad. Yo aquel rostro lo había visto muchas veces, pero no podía darle nombre ni sitio. La misma perplejidad creí leer en sus ojos.
Desde entonces me lo he cruzado muchas veces con el mismo resultado. Hasta que hoy lo he abordado
-Perdone. ¿usted y yo nos conocemos?
-No me cabe la menor duda.
-Nos hemos tratado.
-Creo que mucho.
-Yo me llamo Fausto.
-Ni idea.
-Yo Miguel.
-Ni idea.
-Pues perdone.
-Nada que perdonar.
Nos seguimos cruzando de cuando en cuando y nos saludamos con sentida cordialidad. El recuerdo, sin embargo, sigue perdido.
-Fumar. ¿Se acuerda usted cuando era todo un ritual?
-Sí, una operación laboriosa.
-El tabaco venía en paquetitos. Los cigarrillos liados vinieron después.
-Exacto, cada cigarrillo había que liárselo, rematando con una lengüetada por un borde de goma que tenía el papel.
-Papel que venía en "librillos".
-Exacto, y el tabaco se llevaba en "petaca".
-Exacto.
-¿Se acuerda usted de alguna marca de papel de fumar, que venía en "librillos"?
-"Bambú", ¿no?
-Me suena, sí.
-Hay una escena de la vida política muy fotografiada, que es cuando un dignatario recibe la visita de otro dignatario.
-En efecto. y el momento puede ser más o menos deslumbrante.
-En algunos casos las puertas del anfitrión se abren como por arte de magia, y éste aparece todo sonrisas y acogedor con la mano extendida.
-También vemos la modalidad en que se ve al funcionario que abre la puerta.
-Cierto, es el procedimiento que está usando estos días el Sr. Rull, flamante presidente del Parlamento Cataluña.
-Y qué sonriente aparece el hombre.
-Sí, como un niño con zapatos nuevos.
Nos recibió en el despacho de su casa, no recuerdo con qué motivo. La estancia estaba dominada por un gigantesco retrato suyo al óleo. Tanto la imagen, como él mismo, mostraban un hombre de unos cincuenta años de edad: opulento y muy feliz de haberse conocido. Era director de un centro oficial y lo parecía. Lo recuerdo en una segunda ocasión. Fue en una especie de guateque en que los participantes eran compañeros del susodicho centro. Y allí lo veo bailando un bolero con una de las funcionarias, y hasta la canción: Si tu me dices ven, lo dejo todo...
-Hablar por hablar. Hablar de cosas triviales
-Qué gran cosa es.
-Alivia, despeja, entretiene.
-Ahora mucho por el móvil.
-Sí, en perjuicio del cara a cara. Yo prefiero el cara a cara.
-¿Usted ha oído a alguien que diga "Radio Nacional de España?
-Sí, claro, a los locutores de Radio Nacional.
-¿Por qué no dicen Radio Nacional d'España, como todo el mundo?
-Pues no lo sé, la verdad, y suena bastante ridículo.
. ¿Usted se lo ha oído a alguien aparte de ellos?
-Jamás.
-Yo tampoco.
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-Pedro Sánchez ha decidido no dimitir de su puesto de Jefe de Gobierno.
-Lo ha estado meditando varios días.
-Sí. To be or not to be, que dijo Hamlet.
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-En las viejas fotos está nuestra juventud detenida.
-Sí, y es triste repasarlas.
-Como reencontrarse con un amigo después de veinte o treinta años, cuando ya hasta cuesta reconocerse...
-Desolador.
-Mejor limitarse a repasar el álbum de fotos.
-Sí, me parece más distante...
..
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- Sus orígenes en España se remontan probablemente al siglo XIX, con aquellos viajes de los escritores más o menos románticos que pintaron una España pintoresca, poblada de bailaores y cantaores, y bandidos especializados en asaltar diligencias.
-No olvide usted las corridas de toros.
-Y los Sanfermines.
-Sí, claro, y las procesiones.
-Cundió luego el Spain is different, con el desarrollo de las agencias de viajes, la industria hotelera, y por supuesto, claro, las corridas de toros. Y más: las viejas ciudades, los castillos, las murallas, los museos, los palacios.
-Las tamborradas.
-Y últimamente los carnavales.
-Nada que ver con lo que fueron.
-Participaba todo el pueblo, disfrazado y enmascarado. Los prohibió el régimen franquista.
-Ahora cada día surge una nueva "tradición".
-Como la guerra de tomates.
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