lunes, 3 de febrero de 2014

RAFAEL MORALES. Cántico doloroso al cubo de la basura

Tu curva humilde, forma silenciosa,
le pone un triste anillo a la basura.
En ti se hizo redonda la ternura,
se hizo redonda, suave y dolorosa.

Cada cosa que encierras, cada cosa
tuvo esplendor, acaso hasta hermosura.
Aquí de una naranja se aventura
la herida piel silente y penumbrosa.

Aquí de una manzana verde y fría
un resto llora zumo delicado
entre un polvo que nubla su agonía.

Oh, viejo cubo sucio y resignado,
desde tu corazón la pena envía
el llanto de lo humilde y lo olvidado.


COMENTARIO

            Asombro, escándalo, conlleva el título de este poema, que sin velos declara su objeto, el humilde, sufrido cubo de la basura. Sin contemplaciones, el poeta, audaz e iconoclasta, nos ha colocado en la orilla opuesta de los seres exquisitos y bellos. En otro reino quedan las flores, las aves, la aurora, el crepúsculo, la luna, las estrellas, etc., etc., el acervo clásico de la poesía durante siglos y siglos. En seguida percibimos al poema lo atraviesa la sabia del amor y la compasión por tan vergonzante recipiente doméstico: “En ti se hizo redonda la ternura/se hizo redonda, suave y dolorosa”. El cubo de la basura es como un pequeño pozo donde están sumidos despojos de cosas que tuvieron esplendor, que hasta fueron hermosas, como una naranja y una manzana. Distante, extrovertido, el poeta no alude a sí mismo, pero no hace falta, sus sentimientos están conmovedoramente presentes en la personificación que hace del cubo de la basura: “desde tu corazón la pena envía / el llanto de lo humilde y lo olvidado”. Un llanto que oye el hipersensible oído de un poeta excepcional, Rafael Morales.

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