miércoles, 24 de febrero de 2016

BASTONES BLANCOS

Pasé delante de ellos. Estaban parados, cada uno sosteniendo un bastón blanco de invidente. Hablaban muy pegados el uno al otro: él un hombre apuesto, ella atractiva; dos personas entre cuarenta y cuarenta y cinco años.
         Al salir de la tienda a la que iba, los vi delante de mí, cogidos del brazo y caminando, picando la acera con sus bastones. Al alcanzarlos, ella se volvió hacia mí sin verme, y me preguntó con leve acento francés:
         -¿Sabe usted dónde está la calle Diego de León?
         -Es la segunda, todo recto.
         La primera bocacalle, General Oraá, está muy cerca y me paré para observarles. No manejaban con soltura los bastones, aunque la mujer algo mejor que el hombre. Ella tanteaba la mano derecha y él la izquierda. Eran como un tándem de remeros. encontraron bien el primer bordillo y el siguiente, y los bolardos de uno y otro lado, él siempre menos diestro. Sobre la lona de un andamio toparon, pero al instante lo salvó ella, y adelante siguieron, repicando sobre las losas y cogidos del brazo, fundidos en el paso. 

sábado, 20 de febrero de 2016

MADRID DESMONTABLE

Hace un frío de cuchillos esta mañana de febrero. Me acerco a mi kiosco habitual y le extiendo la tarjeta de compra al kiosquero; como todas las mañanas. Lo veo al hombre casi tiritando y bien apellizado.
-¿Está acatarrado?
-Sí, un poco...
Caigo en la cuenta de que debe abrir muy temprano.
-¿A qué hora se levanta usted?
-A las seis y media.
-¿Y a qué hora abre aquí?
-A las siete y media-. Y me mira sonriente mientras me extiende la tarjeta y el periódico.
-Cuando muchos estamos todavía bajo el calor de las mantas.
-Cuando todavía están colocando las calles de Madrid.
Me ha impactado esa frase: me hace ver cómo la ciudad va surgiendo de las sombras de la noche y el olvido del sueño.  Celebro su agudeza:
-Eso es, muy bien, que Madrid hay que montarlo cada mañana, hay que colocar las calles. ¡Enhorabuena por su pupila!
-Muchas gracias.
-De nada; el agradecido soy yo ...


viernes, 5 de febrero de 2016

GOBIERNO DE PROGRESO

Un "Gobierno de Progreso" propugna cada dos por tres Pablo Iglesias, el líder de Podemos. "Gobierno de cambio" lo llama también con frecuencia.
"Un Gobierno de Progreso" o un "Gobierno de cambio" se le oye también defender a Pedro Sánchez, el líder del PSOE.
Sobre la base de estas declaraciones, una alianza de las respectivas formaciones debería ser posible. Sin embargo, hoy han hablado y han terminado en sonoro desacuerdo.
¿Significa igual para los dos el término, Gobierno de progreso?
Más, cuando tanto el uno como el otro se definen como partidos de izquierdas, ¿están queriendo decir lo mismo? ¿Entienden los dos por izquierda la misma cosa?