domingo, 30 de abril de 2017

LIBROS

Noventa años tiene mi amigo, que ha pasado unos días en el hospital. En su propia casa se cayó, pero no tiene ninguna rotura de huesos. No se podía levantar y tuvieron que llamar a la teleasistencia. Lo atendieron maravillosamente.
            -¿Tienes el avisador de la teleasistencia? –me pregunta.
            -No.
            -Debes solicitarlo, es muy aconsejable –me recomienda.
            Le agradezco el consejo, porque tengo casi su edad, pero no me apetece.
            -¿Qué vas a hacer con tus libros? –le pregunto luego. Tiene una pequeña, pero selecta biblioteca.
            -Quisiera venderla.
            -Te ofrecerán una miseria.
            -Ya. ¿Y tú? ¿Qué vas a hacer con los tuyos?
            -Los regalaría a algún amigo, pero no veo interés. No es como antes. Ahora, con el internet,  puedes tener libros sin que te roben espacio.
            -Qué frustración, ¿no?
            -Total.

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