lunes, 19 de junio de 2017

GUARRERÍA

La higiene es una obsesión. No es una obligación. Ducharse diariamente raya en la obsesión, Una gran parte de la población seguramente lo siente así. No ocurría de esta manera en otros tiempos. Recuerdo el olor a humanidad y sudor que se percibía en recintos públicos en los años cuarenta y cincuenta. En los vagones del metro, por ejemplo. Y en los cines, donde el acomodador aparecía por el pasillo central pulverizando desodorante. Ya en general constituimos multitudes inodoras. Pero persiste el hábito de tirar papeles al suelo en lugares públicos, a pesar del gran aumento  de papeleras, sobre todo en las calles. En bares y cafeterías, las servilletas de papel, huesos de aceitunas, palillos de dientes y restos diversos de aperitivos orlan con frecuencia el pie de los mostradores: una guarrería. Está claro que abstenerse de usar las papeleras no es una obsesión. Es una cómoda y autocomplaciente despreocupación.

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