José Siles Artés
Están
cuatro zagalas, cuatro,
dos
en el suelo,
dos
en un banco,
rumiando
y en silencio,
las
manos yendo y viniendo
de
un cartucho en el centro.
Choca
ya el sol contra el frío
viento
que del opuesto
extremo
de la plaza
llega
de muy lejos.
Algún
peatón pasa
de
vez en cuando.
Un
anciano sale de casa
tirando
de un perro,
otro
anciano conversa
con
el quiosquero.
Una
señora entra
y
una joven sale
de
la farmacia.
Ya
trasponiendo, yo me vuelvo
y
arriba veo a las chicas,
una
piña en el banco. ¿Hora
del
recreo? ¿Una clase en blanco?
Tiempo
muerto y tiempo puro,
pura materia de olvido.
29-12-2017
Me alegra que siga usted fenomenal después de tantos años, se lo dice uno que fue su alumno y probablemente el peor alumno de ingles que usted haya tenido en su vida.
ResponderEliminar